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Las especies de áfidos más comunes en los cultivos de invernadero son el pulgón del algodón Aphis gossypii, el pulgón del ranúnculo Aulacorthum solani, el pulgón de la patata Macrosiphum euphorbiae y el pulgón del melocotón verde Myzus persicae. Todas las especies de áfidos necesitan un control biológico diferente. Algunos áfidos de las plantas transfieren sustancias tóxicas a las plantas, causando una reacción alérgica de la planta. Los áfidos de las plantas también pueden transmitir algunos virus. El control de los áfidos es muy importante para evitar daños.
Los pulgones en las plantas pueden ser combatidos usando enemigos naturales o depredadores de pulgones, como las avispas parasitoides. La lucha biológica contra los áfidos se lleva a cabo cada vez más con enemigos naturales, porque está aumentando la resistencia de los pulgones a los insecticidas autorizados.
Las avispas parasitoides son las que se utilizan más comúnmente para controlar los áfidos. Las avispas parasitoides encuentran los áfidos en el cultivo incluso antes de que se puedan ver a simple vista, lo que hace que estas avispas parasitoides sean muy adecuadas como medio preventivo contra los áfidos. Los pulgones se pueden encontrar en casi todos los cultivos. Los pulgones no pueden armarse contra estas avispas parasitoides. Es aconsejable utilizar regularmente avispas parasitoides en el invernadero.